23.7.05

Que lluevan piedras...

Que lluevan del cielo piedras
que yo no pienso rendirme...
Que se cierre la ría de niebla
que tendré un faro que me guíe...

Te cambiaría cada motivo para llorar,
cada pena, cada piedra de tu zapato,
cada instante que me haces sentir traicionada,
cada momento de soledad por el que paso...

Daría la sangre que corre por mis venas
para que por un solo instante notaras...
Para que vieras como se marchita lo que siento,
para que te duelan las espinas que me clavas...

Pero hoy ha brillado el sol y he respirado a sal
paseando a la orilla del mar por la playa,
no te tengo miedo, tengo quién merece la pena acá...
Tengo dos pies fuertes que me rescatan...

Y no estoy triste, porque no puedes tocarme,
nunca he estado sola, aunque sí un poco apagada,
pero no lograrás hundirme, así consigues elevarme,
siempre he sabido aguantar una dura mirada...

13.7.05

Mirando al mar...

Silencio... es la hora de marchar,
de apagar las velas y los cigarros,
de recoger la ropa después de nadar,
de sellar con un beso tus labios...

Me quedo con tu aliento rozando mi boca,
con tus uñas recorriendo mi espalda,
con tus caricias volviéndome loca,
con tus labios tentando mi mirada...

Me quedo con las luces de la ciudad
a lo lejos espiando nuestros movimientos,
me quedo eperando un sueño hecho realidad,
con una marea incesante de sentimientos...

Me quedo esperando, mirando al mar,
una locura tuya, un movimiento mío,
cierra los ojos y grita si no puedes más,
ya sabes que soy tuya... Tú eres mío...

5.7.05

Las cosas que te debo...

Por las quince horas de sorpresa que me dedicaste este fin de semana...

Será porque te quiero,
porque te muestras tal como eres,
porque me salvas si me muero,
porque me muestras tus defectos.

Porque quince horas contigo
fueron una sorpresa insuperable,
miradas y caricias al abrigo
de tu gran corazón indomable.

Te debo cien sorpresas como esta,
cien arañazos en la espalda,
cien besos y abrazos en cadena
y lo que hay dentro de mi falda...