Dos semanas sin noticias de Dios. ¿Preocupada? No. Porque el teléfono está encendido. Sí. Porque las cosas en estos casos sé que no van bien. Nueva libreta porque la tuya ya se me ha llenado de alegrías, de preocupaciones, de risas, de manos, de miradas, de libros, de música, de películas, de poesías, de textos perdidos…Y la empiezo con “soy un corazón tendido al sol”. Espero buscar uno de esos momentos para irnos a ver a mi Víctor y tú Ana. Quizás la casualidad nos lleve otra vez de concierto.
El caso es que miro a mi derecha y veo dos libros que deberían estar camino de Madrid. Otra de nuestras ¿casualidades? “No Laura, las casualidades no existen. Todo está escrito. El Destino hizo que yo conociera a la chica del abrigo rojo para que ella aprendiera a reírse del mundo, y fíjate que bien lo hace ahora”.
Pero por un momento algo me frena a mandar estos dos libros. Por si llegan y no hay destinatario. Porque aunque sé que estás simplemente esperando a que pase el tiempo, también se que en cualquier momento te puedes ir. Sólo necesitaba saber que estás, que sigues esperando, y que EL sigue acechando entre las dos Habitaciones Separadas o simplemente si te has ido a Fuenlabrada, o a donde te has ido si es que te has ido.
Sé que me quedan muchos aeropuertos estés donde estés (aunque alguien se empeñe en frenarme y decirme que los aviones son para las películas), me queda mucho más check in y tardes y noches en sofás con silencio sin incomodidad.
Pero lo que me preocupa de ti son los silencios que no me dicen nada. En los que no se si estás. O si te has ido a caminar. Esos silencios si que me matan.
Sólo quería arrancarte una carcajada con mis 19 días y 53 noches de vacaciones ajenas y contarte un Mensaje en una Botella como el de los Dire Strais que me llegó desde Ribeira, para que tú te enfadaras con el mundo entre risas. Para que te rías del mundo conmigo Porque sé que ahora lo necesitas más que nunca.
Ahora me voy a pensar “A la sombra de un León”
“Quién pudiera sentir
tu alma en la mano”
tu alma en la mano”
