Se acercó sigilosa y me susurró al oído: "hazme tuya". Todavía hoy puedo sentir esas penetrantes palabras vibrando pausadamente a mi lado, y no puedo evitar un estremecimiento casi helado. Nunca confesaré ni cómo ni cuándo accedí a ese ávido deseo, pero sí puedo asegurar que me muero de ganas de repetir lo que aquella noche de luna creciente sucedió.
La estela que deja un susurro en el recuerdo supera con creces la de un cometa en el Universo. Aún puedo volar cuál cometa de papel de plata, esbozando universos imaginarios.
Lestat in the Templo
2 comentarios:
Este post me ha recordado aquella canción de Aute:
Y empapados de agua y luna,
enlazados cuerpo a cuerpo,
recorrimos las espumas
hasta el fin del Universo
donde nace el Universo
cuando estalla el Universo...
El Universo.
Saludos, Lestat.
Que sepas que estamos mas conectados y al unisino de lo que piensas... mientras tu posteabas yo andaba por "universos imaginarios"...
Aún puedo volar cual cometa de papel de plata...
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