Mórbidos deseos

Encontrarse a las puertas de algún acontecimiento suele ser un ejercicio (en ocasiones ímprobo) de esperanza y buenos deseos. En el caso de un fin de semana no lo iba a ser menos, y a las puertas del mismo, y sin ningún plan en mente, quisiera traspasar esas puertas con la ligereza de quién nada espera, pero también con la expectación de quién sueña con días mejores.

Cierro los ojos y afilo mis colmillos para intentar llevarme un buen bocado de esta sensual y esquiva piel, que es la vida.
Mis más sinceros y mórbidos deseos de que pase un estupendo fin de semana, todo aquel que tenga el atrevimiento de pasear por este Templo con el cuello al aire y sin complejos.

Saludos y mordiscos.