Solitaria mañana...

Levantarse sin tener a quién mirar, desperezarse sin un beso que te de los buenos días, salir a la calle y mirar al cielo nublado: otro dia como tantos...
Después te peleas con el tráfico... Un café y a teclear cosas que cada día te son más ajenas...
Comida reiterativa en el bar de siempre, le echas un ojo a la prensa mientras el otro recorre su cuerpo en tu mente...
Vuelta al ordenador, ruidos de telefonos, voces, impresoras...
Regreso... Otra pelea con el tráfico de la cuidad, al final la tranquilidad de la autopista...
Llegar a casa, leer el correo.. Facturas y alguna de esas postales que ya poco se usan mediante correo ordinario... Palabras escuetas: "Os echo de menos, da saludos a todos"...
Un ordenador diferente al de antes: más correo, pero esta vez electrónico, esperando un email tuyo... Nada, solo publicidad y correos de tus amigos con interminables direcciones ajenas a tí, que acaban con un "no rompas esta cadena sino..."
Decides no acabar el trabajo pendiente "todavía hay tiempo"...
Una ducha, esta vez larga, necesitas notar el agua resvalando por tu cuerpo, necesitas evadirte...
Coges el libro que tienes en la mesilla de noche que lleva días olvidado pero no puedes leer más que un par de páginas, tu mente no está aqui...
Tú mente está pensando en sus ojos, sus manos cuando te acariciaban bajo la luna de agosto... Su voz cuando te decía que te quería en la distancia y que nada iba a cambiar eso...
Pero cambió o por lo menos ahora está oculto tras un velo de silencio...
Tú lo sabías y él también, pero ninguno quiso reconocerlo antes de tiempo...
Apagas la luz y en la oscuridad mirás hacia donde sabes que esta descansando el teléfono, esperando a que suene y por fin escuches: "cariño, es nuestra oportunidad, me han cambiado el destino, estamos cerca..."
Pero no... Silencio...
Apaguemos la vela...