28.1.05

¿Por qué aún no bebemos del mismo vaso?

Buscando miradas furtivas en la noche,
que tus manos tropiecen en las mías,
que hagas más largo ese viaje en tu coche,
que en el cine se toquen nuestras rodillas.

Y me crece la nariz si digo que no te quiero,
y miento si digo que sólo te veo como amigo,
y finjo si digo que nunca tuve celos,
y falseo si digo que lo mio sólo es cariño.

Así es como vivo y he vivido estos meses,
así es como aplaco la soledad que me invade,
así es como digo mentiras piadosas cuando apareces,
así es como disimulo las lágrimas que me salen.

Y cada vez que te vas se me dobla el corazón,
siempre me dolieron las ausencias prolongadas,
ahora tendré que hacer frente a esta nueva situación,
sin tú presencia mis noches quedarán asoladas.

Quizás en una semana una nueva despedida.
Quizás algo más, veinte días, un mes, ya no queda nada.
Qué triste es ver que sólo me tienes como una amiga.
Que difícil es saber que los dos queremos un sólo juego de sábanas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cuantas veces te habré dicho que me gusta éste poema?

Hoy he venido a buscarlo, para leerlo otra vez, y me sigue gustando tanto cómo la primera vez.

Muchísimos besos, Laura.